El papel estratégico de Marruecos en la promoción de la estabilidad en el Sahel

El Royal United Services Institute (RUSI), un centro de pensamiento británico especializado en defensa y seguridad, publicó recientemente un documento que aborda el papel estratégico de Marruecos en la promoción de la estabilidad en el Sahel.
Así, según los autores, debido a su posición geográfica estratégica y sus sólidos lazos históricos, Marruecos, verdadero mediador en la región, ocupa un lugar central en el apoyo a la estabilidad del Sahel, que enfrenta desafíos importantes como el terrorismo, la delincuencia transfronteriza y las crisis políticas, añadiendo que frente a estos problemas, las acciones del Reino de Marruecos se vuelven indispensables para garantizar la seguridad y la estabilidad, lo cual pasa por el compromiso de Rabat, no solo debido a sus propios intereses, sino también por un profundo sentimiento de solidaridad regional e histórica.
Los autores comienzan destacando lo que consideran, y con razón, una de las iniciativas más ambiciosas puestas en marcha por Marruecos para apoyar la estabilidad de la región del Sahel: la Iniciativa Real para el Atlántico, un verdadero proyecto clave debido a su finalidad de ofrecer a los países sin salida al mar del Sahel acceso directo a las rutas marítimas internacionales a través de los puertos marroquíes, creando así un doble efecto, a saber, condiciones óptimas para la integración económica regional y la participación en la reducción de la dependencia de los países del Sahel de vecinos geopolíticamente inestables, antes de añadir que este proyecto, que no se limita a un simple intercambio comercial, se inscribe en una visión a largo plazo destinada a establecer vínculos económicos duraderos y contrarrestar las amenazas relacionadas con la inestabilidad, el terrorismo y la criminalidad transnacional.
Continuando, el centro de pensamiento señala que, más allá de la iniciativa atlántica, Marruecos se involucra activamente en el desarrollo sostenible del Sahel, especialmente junto al Reino Unido, a través de proyectos de infraestructura y energía, entre los que se encuentra el ambicioso proyecto del gasoducto Nigeria-Marruecos, que conectará los recursos energéticos de África Occidental con el norte de África y Europa, así como proyectos en sectores estratégicos como las telecomunicaciones, las infraestructuras y las finanzas. Contribuyendo así a la creación de una interdependencia económica que, subraya el artículo, favorece la paz y la estabilidad en el Sahel.



