El espejismo argelino: entre mentiras y desilusiones frente al reconocimiento británico del plan marroquí para el Sahara
El régimen argelino continúa desplegando una estrategia basada en la desinformación y manipulación para ocultar su impotencia ante la evolución diplomática favorable a Marruecos. A través de una propaganda repetitiva, intenta convencer a su opinión pública de que la confrontación con el Reino es controlada y que su diplomacia lidera.
Sin embargo, esta postura es solo un espejismo tras el claro apoyo del Reino Unido al plan de autonomía marroquí para el Sahara, considerado la solución más seria y creíble por la comunidad internacional. Este golpe diplomático ha desestabilizado profundamente a Argel, dejándolo sin margen de maniobra.
El comunicado oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores argelino refleja perfectamente esta contradicción: por un lado, rechaza el apoyo británico; por otro, afirma falsamente que el Reino Unido respalda el derecho a la autodeterminación saharaui. Esta doble narrativa confusa muestra la desorientación de las autoridades argelinas.
Frente a la realidad irrefutable, los portavoces argelinos intentaron, sin éxito, desviar la atención acusando a las potencias occidentales de colonialismo y complicidad con Marruecos. Estas acusaciones parecen un refugio infantil para evitar reconocer la derrota diplomática.
Para justificar su impotencia, mencionan colonizaciones pasadas y conflictos internacionales, como Gibraltar, la política israelí o el pasado colonial español. Según ellos, el avance diplomático marroquí se debe principalmente a su normalización con Israel, un intento de desprestigio que no convence.
En realidad, esta crisis diplomática pone en evidencia el declive de la capacidad de Argel para influir en el asunto del Sahara Occidental. Mientras Rabat gana legitimidad internacional, la estrategia argelina se desmorona, abriendo paso a un futuro donde la causa saharaui se resolverá según el plan marroquí.
