Hamid El Mahdaouy: el hombre que quería ser periodista… contra viento, leyes y veredictos

Hamid El Mahdaouy lo soñaba, pero la justicia marroquí decidió lo contrario. El tribunal administrativo de Rabat le recordó una vez más una verdad cruel pero simple: YouTube no convierte a un youtuber en periodista. Al rechazar definitivamente su recurso contra la negativa a renovar su tarjeta de prensa profesional para 2025, la justicia puso fin a un episodio de ilusión mediática.
Quienes conocen un poco el funcionamiento del panorama mediático marroquí no se sorprendieron. La decisión se basa en la ley n.º 89-13 que, cabe recordarlo, reserva el título de periodista profesional a quienes, entre otras cosas, obtienen ingresos estables por una actividad redactora real, no por la monetización de «buzz» en TikTok o YouTube.
Pero El Mahdaouy persiste. Al no ser reconocido ni por sus colegas ni por la ley, se aferra a su cámara como un náufrago a su boya, confundiendo alegremente la libertad de expresión con el ejercicio de una profesión regulada. Sin embargo, no ha aportado prueba alguna de que sus ingresos provengan de algún medio reconocido, pero se sorprende de que no le extiendan la alfombra roja.
La justicia ha decidido entonces: sostener un smartphone y hablar fuerte no basta para convertirte en periodista. Si no, también habría que otorgar una tarjeta de prensa a «Omi Naïma» o «Weld Chinwiya», después de todo, ellos también tratan temas «de actualidad», ¿no?
Desde hace años, El Mahdaouy juega con la confusión entre activismo, militancia, espectáculo digital y periodismo. Y cada vez que cae un veredicto, grita escándalo, como si la ley debiera doblarse ante sus seguidores. Incluso si intentara de nuevo en 2026, nada cambiaría. Mientras sus ingresos dependan de clics, y no de un verdadero trabajo periodístico, sus posibilidades de obtener la famosa tarjeta serán casi nulas.
Mientras tanto, los verdaderos periodistas, aquellos que trabajan en la sombra, respetan una ética, un empleador y una línea editorial, seguirán ejerciendo, tarjeta en mano, lejos de las cámaras enfocadas en sí mismos.