« Vivir el infierno »: los migrantes subsaharianos víctimas de violencia y expulsiones en Argelia

Bajo el título « Vivir el infierno »: cómo el norte de África impide que los migrantes entren en Europa, el New York Times analiza las políticas migratorias controvertidas en la región. Aunque Argelia no ha firmado acuerdos con la Unión Europea, ha intensificado sus operaciones de expulsión, a menudo acompañadas de graves actos de violencia. Este diario estadounidense destaca la dramática situación de los migrantes subsaharianos en la frontera entre Argelia y Níger.

Según el informe, las autoridades argelinas abandonan regularmente a grupos de migrantes en zonas desérticas cercanas a la frontera con Níger, obligándolos a recorrer largas distancias a pie bajo un calor abrasador para llegar a áreas habitadas. Estas expulsiones, realizadas sin asistencia, colocan a los migrantes en condiciones extremas en las que el hambre, la sed y el agotamiento pueden ser mortales. Además, los testimonios recopilados hablan de detenciones marcadas por violencia física y tratos inhumanos.

El fenómeno no es exclusivo de Argelia. Otros países del norte de África, como Libia y Túnez, también recurren a expulsiones masivas, muchas veces violando los derechos humanos. El artículo subraya que estas prácticas están parcialmente motivadas por acuerdos bilaterales entre la Unión Europea y países como Túnez, Marruecos y Mauritania. Estos acuerdos incluyen apoyo financiero para reducir los flujos migratorios hacia Europa, una estrategia que parece estar dando resultados: según la agencia Frontex, los cruces ilegales en las fronteras europeas disminuyeron considerablemente en 2024.

Sin embargo, los defensores de los derechos humanos denuncian graves abusos cometidos en nombre de estas políticas restrictivas. Los migrantes subsaharianos expulsados se encuentran a menudo sin alimentos ni agua, abandonados a su suerte en regiones desérticas inhóspitas. En los centros de detención, están expuestos a torturas, violencia sexual y condiciones cercanas a la inanición, según organizaciones internacionales que documentan estas violaciones.

El New York Times concluye que este enfoque, aunque efectivo para reducir los flujos migratorios hacia Europa, fomenta un clima de violencia e injusticia para los migrantes. Mientras los países del norte de África actúan como guardianes de las fronteras para la UE, las expulsiones brutales y los tratos inhumanos infligidos a los migrantes subsaharianos plantean cuestiones éticas y humanitarias de gran importancia.

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