Declive del frente polisario: un análisis de Hach Ahmed Baricalla

Hach Ahmed Baricalla, líder del Movimiento Saharaui por la Paz (MSP), expresó recientemente sus preocupaciones sobre el futuro del frente polisario, al que califica como un movimiento en declive. En una entrevista concedida el 28/11/2024 a Jeune Afrique, explica que la retirada del reconocimiento de la llamada «rasd» por varios países, incluido recientemente Panamá, marca un punto de inflexión decisivo en el conflicto del Sáhara marroquí. Esta pérdida de apoyo diplomático debilita significativamente la causa independentista.
Por su parte, Marruecos considera el territorio del Sáhara como una parte integral de su territorio. Su propuesta de autonomía bajo soberanía marroquí, lanzada en 2007, cuenta hoy con el apoyo de más de un centenar de países, incluidas potencias como Estados Unidos y Francia. Esta iniciativa se percibe como una solución creíble y realista para resolver la disputa, especialmente frente al debilitamiento del apoyo al Polisario.
Baricalla destaca el creciente descontento en los campamentos de refugiados administrados por el Polisario. Según él, muchos saharauis buscan huir hacia territorios administrados por Marruecos o países europeos. Este movimiento refleja un rechazo creciente a la retórica radical de las milicias del Polisario y una desaprobación de las limitadas perspectivas que ofrece.
El factor militar también es clave en este declive. Baricalla señala que el Polisario ha perdido su capacidad ofensiva tras la retirada de sus equipos pesados y la intervención marroquí mediante drones. Esta situación ha llevado al Polisario a adoptar tácticas desesperadas, aumentando las tensiones y degradando aún más su credibilidad en la escena internacional.
Además, se destaca el papel de Mauritania en este contexto. Este país vecino mantiene una neutralidad prudente, a pesar de las tensiones entre Marruecos y Argelia, principal respaldo del Polisario. Las autoridades mauritanas trabajan para evitar la inestabilidad, aunque enfrentan desafíos de seguridad similares a los del Sahel.
Baricalla también menciona la posibilidad de injerencias extranjeras, particularmente de actores como Irán. Advierte sobre las posibles consecuencias de la implicación de Irán en el conflicto, lo que podría convertir la región en un escenario de tensiones aún más graves.
El MSP propone una vía alternativa para una solución política, inspirada en modelos como el Kurdistán iraquí o las regiones autónomas españolas. Según Baricalla, un enfoque moderado podría ofrecer una solución duradera, respetando los derechos de las poblaciones en los campamentos de Tinduf y la soberanía marroquí.
Finalmente, 2025 se identifica como un año crucial para el futuro del Sáhara. La comunidad internacional, a través de iniciativas lideradas por el enviado de la ONU, Staffan de Mistura, deberá decidir si el conflicto puede resolverse mediante negociaciones o si se sumirá en un estancamiento prolongado. Este periodo podría marcar una oportunidad única para redefinir las dinámicas en la región.