América del Sur: Marruecos avanza sus piezas frente a los últimos apoyos a la «rasd»

La diplomacia marroquí despliega una estrategia firme para retomar el control en varios países de América del Sur que continúan, aunque cada vez menos, reconociendo la supuesta «República Árabe Saharaui Democrática» (RASD). Esta iniciativa se inscribe en un contexto regional marcado por un retroceso progresivo del apoyo oficial a este «movimiento separatista», especialmente con la reciente suspensión de las relaciones diplomáticas entre la RASD y varios países clave de la región.

De hecho, países como Argentina, Chile y Brasil han reducido o suspendido oficialmente sus relaciones con la RASD en los últimos años, respondiendo a los llamados diplomáticos marroquíes y a un realineamiento estratégico motivado por intereses económicos y políticos. Frente a esta dinámica, Rabat concentra ahora sus esfuerzos en los últimos estados que persisten en reconocer a la RASD, entre ellos Colombia, Venezuela, Cuba y México.

El 23 de mayo de 2025, Rabat recibió a Marta Lucía Ramírez, exvicepresidenta colombiana y exministra de Relaciones Exteriores, actualmente miembro de la oposición conservadora. Su visita forma parte de la voluntad marroquí de fortalecer el diálogo con Bogotá, ya que el país sigue siendo uno de los pocos en América del Sur que mantiene el reconocimiento oficial de la RASD, a pesar de la fuerte oposición en el Senado y las críticas repetidas a esta posición.

Bajo la presidencia de Gustavo Petro, Colombia restableció el reconocimiento de la RASD en 2022, provocando un intenso desacuerdo político interno. Una mayoría senatorial expresó su «profundo rechazo» a esta decisión, calificándola de apoyo a un «movimiento separatista» ilegítimo. Con las elecciones presidenciales previstas para 2026, la cuestión saharaui sigue siendo un tema sensible en la diplomacia colombiana, donde parece delinearse una campaña para volver a una política más favorable a Rabat.

Paralelamente, Marruecos continúa su diálogo con Cuba y Venezuela, donde el Partido del Progreso y el Socialismo (PPS) mantiene relaciones sólidas con los partidos en el poder, el Partido Socialista Unido de Venezuela y el Partido Comunista Cubano. La reciente visita de Nabil Benabdellah a estas capitales tiene como objetivo consolidar estos vínculos a pesar de las divergencias ideológicas y las presiones internacionales.

En México, la diplomacia marroquí también ha intensificado sus esfuerzos, con intervenciones destacadas como el discurso del presidente de la Cámara de Representantes marroquí, Rachid Talbi Alami, en el Parlamento mexicano, y la visita de Driss Lachgar, primer secretario del USFP, destinadas a influir en la posición oficial mexicana sobre la RASD.

Esta ofensiva se basa en un enfoque pragmático: fortalecer las cooperaciones económicas, especialmente en el sector de infraestructuras, mientras se lleva a cabo un trabajo diplomático paciente con las fuerzas políticas locales, para fomentar un realineamiento progresivo de las posiciones sobre el Sahara marroquí.

En resumen, en un contexto sudamericano donde varios países ya se han distanciado de la RASD, Marruecos busca aislar aún más a esta entidad y recuperar el apoyo de los últimos estados que aún favorecen esta causa, demostrando así una diplomacia decidida y adaptada a los retos geopolíticos actuales.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba