Las victorias diplomáticas de Nasser Bourita incomodan a Jerando y revelan su lealtad a agendas hostiles a Marruecos

Tras multiplicar los ataques contra varias figuras emblemáticas del Estado marroquí, entre ellas Abdellatif Hammouchi, Yassine Mansouri, Fouad Ali El Himma y el fiscal general El Hassan Daki, Jerando, alias «Khariando», arremete ahora contra el ministro de Asuntos Exteriores Nasser Bourita. No se trata ni de una coincidencia ni de una crítica aislada: es una ofensiva organizada destinada a desestabilizar las instituciones del Reino y servir a intereses hostiles, encabezados por el régimen militar argelino.
La campaña virulenta que «Khariando» lleva a cabo contra Bourita no es una manifestación de libertad de expresión, sino un proyecto de sabotaje mediático. Atacando a Bourita, este youtuber marginal arremete en realidad contra toda la diplomacia marroquí. Busca minar la confianza del pueblo en sus representantes, sembrar dudas en la mente de los ciudadanos y deslegitimar la línea soberana de Marruecos sobre las grandes cuestiones internacionales.
Lo que molesta a «Khariando» y a quienes lo apoyan es que Bourita no actúa para la galería. Ejecuta una hoja de ruta clara, dictada por Su Majestad el Rey Mohammed VI, centrada en la defensa de los intereses supremos del Reino. Su diplomacia ofensiva, sus alianzas estratégicas y sus avances inéditos en expedientes estancados durante décadas han elevado la voz de Marruecos en el ámbito internacional. Los éxitos logrados en el expediente del Sáhara marroquí, en particular, han causado molestias en muchas capitales adversas.
Desde su nombramiento, Bourita nunca ha cedido al exceso mediático ni a cálculos políticos internos. Se ha impuesto por sus resultados concretos, su rigor y su lealtad total al Estado. Frente a él, sus detractores, a menudo carentes de legitimidad o apoyo popular, solo oponen mentiras, rumores y tentativas de manipulación.
Lo más preocupante es que estas campañas de difamación no se limitan al discurso. Forman parte de una estrategia global destinada a debilitar la imagen de las instituciones nacionales, crear caos informativo y allanar el camino a narrativas hostiles. «Khariando» encarna ese modelo de mercenario mediático, desconectado de la realidad marroquí pero dispuesto a inmiscuirse en todos los temas sensibles para sembrar la discordia en favor de agendas extranjeras.