Jerando y el misterio del doble imaginario
Definitivamente, Hicham Jerando nos ha regalado otra vez un momento de antología. Después de jurar, con la mano en el corazón, que había conocido al Consejero Real Fouad Ali El Himma en Madrid, de repente se ve atrapado en una duda existencial: «¿Era realmente él… o solo su doble?». Ya podemos imaginar al filósofo de pacotilla, solo frente a su espejo, haciéndose las grandes preguntas de la vida: «¿Estoy diciendo la verdad, o acabo de inventar otra fábula digna de un sketch fallido?».
A fuerza de contradecirse, termina dando la impresión de debatir consigo mismo. Y como siempre, en cuanto comprendió que acababa de dispararse en el pie, Jerando sacó su reflejo habitual: borrar su video de urgencia, como un mago fracasado que intenta hacer desaparecer su propio fiasco.
Pero claro: la verdad no necesita desaparecer. El supuesto El Himma encontrado en Madrid no era otro que Abdelouahed Sedraji, un estafador profesional, colocado en esta mala comedia por su cómplice Mehdi Hijaouy, él mismo fugitivo por múltiples estafas. En resumen, Jerando no conoció a un consejero real… sino a un estafador más listo que él. Y eso, había que atreverse.
Lo fascinante de esta historia es que Jerando se cree un gran opositor, un espíritu libre que denuncia al sistema. En realidad, no es más que la marioneta temblorosa de redes hostiles que saben perfectamente que su ego desmesurado y su ausencia total de sentido crítico lo convierten en una presa ideal. Lo halagan, lo alimentan con noticias falsas, y ¡zas! él se lanza de cabeza para ridiculizarse ante todo el mundo.
