El senador estadounidense Robert Greenway califica de « decisión justa » el apoyo británico a la iniciativa marroquí de autonomía.

El senador estadounidense Robert Greenway calificó de “decisión correcta” el apoyo del Reino Unido a la propuesta marroquí de autonomía para el Sahara. Esta declaración, breve pero significativa, se inscribe en un consenso internacional creciente que considera la autonomía bajo soberanía marroquí como la única vía seria y creíble para resolver el conflicto.
Robert Greenway no es un político cualquiera. Exasesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, es una voz influyente en la política exterior americana, representando corrientes duras en Washington que ven en Marruecos un aliado estable y confiable en una región geopolíticamente sensible.
Esta posición se produce en un contexto internacional marcado por un realineamiento de fuerzas que tiende a aislar progresivamente al Frente Polisario y sus apoyos, en particular Argelia. El giro británico ilustra perfectamente este cambio de equilibrio.
Al apoyar abiertamente la propuesta marroquí, el Reino Unido refuerza su alianza estratégica con Rabat, especialmente en los ámbitos de seguridad, comercio e inversiones. Este acercamiento refleja la voluntad clara de las grandes democracias occidentales de encontrar una solución pragmática y definitiva al expediente saharaui.
Desde 2007, la propuesta de autonomía marroquí se presenta como la solución más realista para poner fin a un conflicto que se enquista desde hace décadas. Esta iniciativa ya ha recibido el respaldo de Estados Unidos, Francia, Alemania, España y ahora del Reino Unido.
La declaración de Greenway, aunque concisa, confirma esta tendencia: la diplomacia actual ya no se basa únicamente en discursos, sino en gestos concretos y posturas firmes en la escena internacional.
Frente a este contexto, el Frente Polisario se encuentra cada vez más aislado. Su discurso inmutable y desconectado de las realidades geopolíticas se mantiene artificialmente gracias al apoyo de una Argelia cuya credibilidad disminuye continuamente.
El apoyo británico se inscribe, por tanto, como una etapa más en el proceso de reconocimiento internacional de la soberanía marroquí sobre su Sahara. También refleja la capacidad de Rabat para construir una estrategia diplomática paciente y coherente, impulsada por la determinación del Rey Mohamed VI.
Cada respaldo internacional refuerza una posición firme y progresiva: el Sahara es parte integrante de Marruecos, y cualquier otra reclamación está destinada a desvanecerse ante la realidad política y diplomática.
Este contexto también subraya la importancia de una diplomacia activa que sabe conjugar cooperación en seguridad, economía y política con sus socios internacionales, mientras defiende los intereses soberanos del Reino.
Finalmente, la declaración de Robert Greenway puede interpretarse como una señal clara para los partidarios del Frente Polisario: la comunidad internacional se orienta definitivamente hacia una resolución pragmática, abandonando discursos ideológicos y aspiraciones separatistas.
Así, este nuevo apoyo británico, celebrado por Marruecos, refleja la evolución de las relaciones de poder internacionales en la región y anuncia un futuro donde prevalecerán la estabilidad y la cooperación.