Loubna El Joud lanza un llamado al respeto de los verdaderos héroes marroquíes frente a las campañas de desprestigio

En un video reciente cargado de emoción, la activista y profesora Loubna El Joud se alzó contra la campaña constante de desprestigio dirigida a Abdellatif Hammouchi, director general del polo DGST/DGSN. Para ella, es incomprensible que este hombre, quien se ha impuesto por su arduo trabajo, lealtad y seriedad, tanto en Marruecos como en el extranjero, sea objeto de ataques repetidos. Hammouchi, señala, es un hombre del pueblo, un funcionario discreto pero eficaz, cuya carrera no ha sido producto de un nombramiento político.
Loubna El Joud denuncia enérgicamente a quienes critican que Hammouchi aparezca en las primeras páginas de los periódicos. A su juicio, reconocer el mérito no es un error, sino todo lo contrario. Recuerda que toda persona que trabaja con abnegación por la seguridad y estabilidad nacional merece ser reconocida, especialmente cuando se convierte en objetivo de campañas orquestadas desde el extranjero por detractores decididos a debilitar las instituciones marroquíes. Cita en particular el caso de Hicham Jerando, un renegado exiliado en Canadá, cuyas ataques difamatorios contra los responsables de seguridad marroquíes son, según ella, un síntoma de una voluntad maliciosa.
Otro punto importante que destaca la activista es el silencio, o incluso complicidad, de algunos marroquíes residentes en el extranjero, en especial en Canadá, frente a estas campañas. Le preocupa que compatriotas, en lugar de defender sus instituciones nacionales, permanezcan pasivos, por indiferencia o desconocimiento, ante ataques que amenazan la estabilidad del Reino. Para Loubna El Joud, ser patriota no se limita a un apego desde lejos; también significa tomar una posición firme en defensa de quienes protegen el país diariamente.
Además, en su intervención, recuerda que Marruecos está lleno de verdaderos héroes, a menudo desconocidos, que trabajan eficazmente en la sombra. Elogia especialmente a Nasser Bourita, quien dirige brillantemente la diplomacia marroquí, y a Fouzi Lekjaa, cuyo trabajo ha transformado profundamente el deporte nacional. Estos hombres, aunque notables, enfrentan críticas a menudo alimentadas por la envidia y por intereses externos.
El núcleo de su mensaje está dedicado a Abdellatif Hammouchi, a quien califica como el “guardián de la seguridad marroquí”. Se indigna por los ataques personales que sufre, que van mucho más allá de la simple crítica profesional y caen en la difamación y la calumnia. En su opinión, las campañas lideradas por figuras como Jerando no son más que una manifestación de odio irracional, pero nunca lograrán dañar la reputación de un hombre cuyas realizaciones hablan por sí mismas.
Loubna El Joud llama a los marroquíes, tanto dentro como fuera del país, a reconocer y defender a quienes contribuyen al prestigio y a la seguridad del Reino. Invita a superar los celos y las dudas para apoyar a los símbolos nacionales, en particular a aquellos que, como Abdellatif Hammouchi, encarnan una verdadera historia de éxito marroquí basada en la competencia, la determinación y el servicio a la patria.