Maati Monjib: una victimización contradicha por los hechos

En el marco de su campaña feroz contra las autoridades judiciales marroquíes que le impidieron, en virtud de una decisión de un juez de instrucción, abandonar el territorio nacional, el activista Maâti Monjib llevó a cabo, el 04 de abril de 2025, una sentada frente a la sede del Consejo Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en Rabat. Se trata de un intento desesperado de engañar a la opinión pública, haciéndole creer que es víctima de un acoso judicial que restringe su derecho a desplazarse al extranjero.
Sin embargo, la acogida que le dio el CNDH para escuchar su punto de vista rompe su relato sesgado que pretende cuestionar la imparcialidad de la justicia marroquí y denunciar una supuesta persecución de carácter político. De hecho, esta institución constitucional, reconocida por su constante compromiso con la protección de los derechos y libertades, siempre ha seguido de cerca los procesos judiciales, respetando estrictamente sus atribuciones contenidas en su reglamento constitutivo, sin interferir en los del poder judicial.
En realidad, todo esto no parece más que una obra de teatro hábilmente orquestada por Maâti Monjib, quien sabe perfectamente, al igual que aquellos que lo apoyan, que la verdadera razón de su prohibición de abandonar el territorio marroquí no tiene nada que ver con algún tipo de acoso judicial, sino que se trata de una medida motivada jurídicamente por su persecución por malversación de fondos provenientes del extranjero, acumulados a través de su supuesto centro de investigación periodística denominado «Ibn Rochd».
Un secreto a voces: este asunto no está relacionado con sus actividades periodísticas, como afirman los apoyos de Monjib, sino con prácticas financieras dudosas, cuya existencia es difícil de negar, teniendo en cuenta las pruebas materiales recogidas por las autoridades.

No solo Maâti Monjib intenta manipular la opinión pública nacional, jugando la carta de la victimización, sino que también ha tenido la audacia de contactar con círculos conocidos por su hostilidad hacia Marruecos, para difundir una versión distorsionada de los hechos. Así fue como utilizó el medio ibérico «El Independiente», un periódico conocido por su propaganda anti-marroquí, para difundir un relato sesgado, en el que se presenta como víctima de una medida supuestamente ilegal y como un hombre acosado sistemáticamente por la justicia marroquí.
Por último, algunos medios internacionales que cubren este asunto se limitan a retransmitir exclusivamente la versión de Maâti Monjib, sin llevar a cabo un análisis real ni confrontar los hechos. Al dejar sistemáticamente de lado los elementos objetivos de la investigación en curso y al no verificar la veracidad de las acusaciones, estos medios contribuyen a difundir un relato parcial y unilateral.