Aziz Ghali o el arte de luchar la batalla equivocada
En un reino donde la unidad nacional es un valor sagrado y un principio indiscutible, parece que Aziz Ghali, presidente de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), ha decidido enfundarse un traje muy peculiar: el de opositor nacional, pero con un guion escrito al otro lado del Mediterráneo. Porque sí, el señor Ghali parece haber olvidado que ser activista de derechos humanos es, ante todo, defender los hechos y no lanzarse a discursos tendenciosos que rozan lo absurdo.
¿La autonomía del Sáhara marroquí? Para él, no es una solución. ¿Por qué? Porque, según su «brillante» análisis, ya ha sido «negociada» bajo la égida de la ONU, lo que, en su opinión, la descalifica de inmediato. Sí, lo han entendido bien: para Aziz Ghali, una solución elogiada por las grandes potencias mundiales y considerada creíble y seria por las Naciones Unidas carece de fundamento. Entonces uno se pregunta, ¿dónde está el activista de derechos humanos que dice defender la justicia y la verdad?
Este querido Aziz tampoco duda en reescribir los hechos de Gdim Izik, donde once miembros de las fuerzas del orden marroquí fueron asesinados en condiciones sórdidas. Cabe recordar que los criminales mostraron un nivel de barbarie que desafía la comprensión. Pero eso, Aziz Ghali prefiere ignorarlo. En su peculiar lógica, mostrar la mínima compasión por estas víctimas probablemente equivaldría a tener consideración por las fuerzas del orden marroquíes, una idea evidentemente demasiado patriótica para nuestro activista.
¿Y qué decir de su ensordecedor silencio respecto al verdadero artífice del conflicto del Sáhara marroquí: Argelia? Si bien todo el mundo sabe que los campamentos de Tinduf, en territorio argelino, albergan a los separatistas con apoyo financiero, militar y logístico, Aziz Ghali prefiere mirar hacia otro lado. Tal vez ve un riesgo en incomodar a sus amigos o prefiere reservar su energía exclusivamente para criticar a Marruecos. En cualquier caso, su silencio bien merece llamarse complicidad.
Es evidente que las declaraciones de Aziz Ghali, deliberadamente polémicas y desvinculadas de cualquier realidad factual, encuentran una resonancia especialmente favorable en los medios de comunicación del régimen argelino. Estos, siempre en busca de argumentos para atacar la soberanía de Marruecos sobre su Sahara, no dudan en instrumentalizar y distorsionar sus declaraciones para servir a su propaganda. Así, lo que puede considerarse una postura torpe o un intento desesperado de existir en la escena pública marroquí se convierte, en manos de los enemigos de Marruecos, en una herramienta de desinformación destinada a sembrar confusión.
La verdadera pregunta que surge entonces es sencilla: ¿qué espera Aziz Ghali al atacar así la principal causa nacional de Marruecos? Quizás un momento de gloria en ciertos círculos donde el ridículo no mata. Porque es difícil imaginar que posiciones tan descabelladas tengan otro objetivo que crear controversia.
Al aislarse de esta manera, Aziz Ghali ha conseguido ponerse en contra a los marroquíes que, unidos en torno a su soberanía territorial, no toleran ningún desliz sobre la cuestión del Sáhara marroquí. Un consenso nacional al que el presidente de la AMDH parece querer dar la espalda, probablemente en un intento desesperado por desempeñar el papel de opositor sin causa.
Hoy en día, Aziz Ghali no es más que una voz desconectada del Marruecos real. Su discurso, que en otro tiempo fue escuchado por algunos, ha quedado reducido a una simple anomalía en la historia. De él solo quedará la imagen de un hombre que, al alejarse demasiado de los hechos y las realidades, terminó perdiendo el respeto de todo un pueblo.