Diplomacia Humanitaria: El Rey Mohammed VI logra la liberación de cuatro ciudadanos franceses en Burkina Faso
Un hito importante en las relaciones diplomáticas se alcanzó este jueves 19 de diciembre de 2024, gracias a la mediación de Su Majestad el Rey Mohammed VI. Cuatro ciudadanos franceses, detenidos desde hace un año en Burkina Faso, fueron liberados, marcando un éxito para la diplomacia marroquí. Estas personas habían sido acusadas de espionaje por las autoridades burkinesas, una situación que había generado tensiones en las relaciones entre Francia y Burkina Faso. El papel clave del Soberano marroquí en este asunto ilustra una vez más la influencia de Rabat en el escenario africano.
Según un comunicado oficial, el presidente francés Emmanuel Macron agradeció personalmente al Rey Mohammed VI por sus esfuerzos. Durante una llamada telefónica, el mandatario francés elogió la mediación marroquí, que permitió un desenlace positivo en un contexto tenso. Este éxito diplomático se inscribe en un marco más amplio de reconciliación entre París y Rabat, simbolizado por la visita de Estado del presidente francés a Marruecos el pasado octubre. Dicha visita ya había iniciado un acercamiento después de varios años de relaciones tensas entre ambos países.
De hecho, las relaciones entre Burkina Faso y Francia se habían deteriorado notablemente desde la llegada al poder del capitán Ibrahim Traoré en septiembre de 2022. Este deterioro se reflejó en la expulsión de diplomáticos franceses y la ruptura de varios acuerdos bilaterales. Burkina Faso, en colaboración con Malí y Níger, adoptó una postura más autónoma, mientras fortalecía sus lazos con potencias alternativas como Rusia. Este contexto de tensión hace aún más destacable la intervención marroquí, que logró superar las divisiones para alcanzar una solución humanitaria.
Los cuatro ciudadanos franceses liberados habían sido acusados de ser agentes de inteligencia que trabajaban para la Dirección General de Seguridad Exterior (DGSE). A pesar de los desmentidos franceses sobre estas acusaciones, su detención había provocado un prolongado silencio de las autoridades francesas, reacias a agravar aún más una situación ya precaria. Su liberación, facilitada por las relaciones de confianza entre Rabat y Uagadugú, demuestra el papel crucial de la diplomacia marroquí en la resolución de crisis internacionales.
Este éxito se produce en un momento estratégico para Marruecos, que busca reforzar su influencia en el escenario internacional. De hecho, el apoyo de Francia al plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental, considerado como «la única base» para resolver el conflicto, constituye un hito importante en las relaciones entre ambas naciones. Este acercamiento diplomático abre la puerta a nuevas colaboraciones estratégicas, reforzando la posición de Marruecos como un actor clave en la región.