Argelia llama a una reestructuración de sus servicios de inteligencia exterior ante su pérdida de eficacia

El gobierno argelino ha iniciado una amplia reforma de sus servicios de inteligencia exterior ante los crecientes signos de debilitamiento operativo y la preocupación persistente por la seguridad nacional. La tensión dentro de las agencias de inteligencia ha aumentado debido a la pérdida de influencia y liderazgo en cuestiones estratégicas como las relaciones con el Sahel y la gestión de crisis diplomáticas con Francia. Esta situación ha llevado a las autoridades a considerar una revisión estructural de sus políticas de seguridad.

En respuesta a esta crisis interna, el general Abdelkader Haddad, conocido como Nasser el-Jen, fue destituido de su cargo como jefe de seguridad interior tras varios fracasos operativos. Su reemplazo por el general Abdelkader Ait Ourabi, apodado Hassan, marca un giro significativo. Hassan es una figura histórica del aparato de seguridad argelino, especialmente activo durante la guerra civil de los años 90, y goza de una reputación de experto en grupos armados regionales.

El ascenso de Hassan fue acompañado por otras destituciones clave, entre ellas la del influyente general Yahya Ali Oulhaj, reemplazado por Sid Ahmed Broumana, considerado cercano al jefe del Estado Mayor, Said Chengriha. Además, el académico Zouhais Bouamama fue designado como consejero dentro de los servicios, reforzando la voluntad del régimen de dotar a su aparato de inteligencia de una visión más estratégica y modernizada.

Estas decisiones buscan restablecer la capacidad de influencia del país en África y redefinir las relaciones con potencias extranjeras. Para varios analistas internacionales, se trata de un intento de restaurar la vieja guardia del expresidente Abdelaziz Bouteflika, cuya caída en desgracia en 2015 tras la disolución del DRS (Departamento de Inteligencia y Seguridad) marcó el inicio del declive del sistema de inteligencia argelino. Paradójicamente, Hassan y su equipo habían sido procesados en ese entonces por desobediencia.

La remoción del general Haddad parece también ligada a incidentes recientes como el arresto del escritor franco-argelino Boualem Sansal, lo que exacerbó las tensiones con París. Las posiciones críticas de Haddad hacia Francia habrían influido en decisiones unilaterales que complicaron los esfuerzos de reconciliación bilateral, mostrando la desconexión entre las agencias de seguridad y la diplomacia estatal.

A pesar de estos cambios, el pueblo argelino sigue percibiendo con inquietud los movimientos súbitos en la jerarquía de unos servicios de inteligencia históricamente influyentes. La falta de transparencia y la politización del aparato de seguridad alimentan el escepticismo sobre la capacidad real de estas reformas para garantizar una mayor estabilidad interna y credibilidad internacional.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba