Argelia acorralada: El apoyo global a la soberanía marroquí sobre el Sáhara desbarata los planes argelinos

La diplomacia argelina se encuentra en una situación delicada debido a cambios geopolíticos desfavorables. El respaldo explícito de potencias occidentales como Estados Unidos, Francia y España a la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental ha desestabilizado profundamente la estrategia argelina, que hasta ahora apostaba por mantener el statu quo en este conflicto.

Según un análisis publicado por la revista francesa Atlantico, este reconocimiento occidental de la soberanía marroquí sobre el Sáhara ha obligado a Argelia a adoptar una postura defensiva. El país ha intensificado su presencia militar en el oeste, construyendo una base en Béchar, cerca de la frontera con Marruecos, enviando un mensaje claro no solo a Rabat, sino también a otros actores regionales como Malí.

Mientras tanto, las relaciones entre Argelia y sus vecinos del Sahel se deterioran. La creciente influencia del grupo paramilitar Wagner en Malí, con el apoyo de Rusia, ha marginado a Argelia en la gestión de la crisis de seguridad en el norte del país. Esta exclusión es percibida como un retroceso estratégico significativo. Las tensiones diplomáticas con Bamako, reflejadas en acusaciones mutuas y el cierre del espacio aéreo, evidencian la gravedad de la crisis.

En este contexto tenso, la posición de Rusia genera gran preocupación en Argel. A pesar del acuerdo estratégico firmado en 2023, Moscú parece adoptar ahora un enfoque pragmático, desarrollando relaciones comerciales con Marruecos y manteniendo una postura neutral sobre el conflicto saharaui. Esta actitud es vista en Argel como un abandono tácito de su alianza histórica.

La situación en Libia añade más inestabilidad. El ascenso del mariscal Jalifa Haftar, considerado una amenaza por Argelia, y la persistente fragmentación política en Trípoli refuerzan la sensación de un cerco geopolítico. Además, los cambios políticos en Túnez, donde el poder se ha concentrado en un presidente autoritario, contrastan con el modelo que tradicionalmente apoyaba Argelia.

Frente a estos cambios, Argelia intenta reajustar sus alianzas. Se han producido cambios en puestos diplomáticos clave, incluyendo Ankara, Damasco y Moscú. En abril de 2025, una delegación de alto nivel visitó Rusia para buscar apoyo frente al creciente poder de Malí y del grupo Wagner en el Sahel. A pesar de los esfuerzos militares para mantener su influencia regional, Argelia permanece a la defensiva en medio de un reordenamiento de alianzas. El acercamiento de Rusia con los países del G5 Sahel — Malí, Burkina Faso y Níger — agrava el aislamiento argelino y cuestiona su capacidad para influir en el futuro del continente africano

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