La policía marroquí en transformación: Hacia un enfoque más humano y ciudadano

La celebración del 69.º aniversario de la creación de la Seguridad Nacional, realizada este año en la ciudad de El Yadida, permitió constatar un profundo cambio en la percepción de los servicios de seguridad en Marruecos. Este cambio ya no se limita a los discursos oficiales: ahora está confirmado por los testimonios de ciudadanos, incluidos condenados o personas buscadas por la justicia, quienes describen una interacción humana, respetuosa y profesional con los servicios policiales, rompiendo así con los estereotipos negativos del pasado.

Durante mucho tiempo, la figura del policía estuvo asociada a la violencia, la vigilancia intrusiva y el abuso de poder. La expresión popular «baraka men tebouliss» reflejaba esta imagen peyorativa, donde el policía no era visto como un protector, sino como un agente de represión desprovisto de humanidad. El ciudadano era percibido como un sospechoso en lugar de una persona que debía ser protegida. Hoy en día, esta percepción se ha desvanecido en favor de una imagen más justa y equilibrada, marcada por el respeto a los derechos y la dignidad humana.

Esta evolución también se vincula a un desplazamiento de las críticas: los reproches que antes se dirigían a la policía se orientan ahora hacia otros actores, como algunos responsables políticos y sindicales. Estos últimos son a veces acusados de manipulación, control autoritario y difusión de rumores con fines personales de poder. En contraste, las fuerzas del orden se perciben ahora más cercanas a los ciudadanos y más comprometidas con el bien común.

La observación directa de los agentes en El Yadida refuerza esta impresión: jóvenes, hombres y mujeres acogedores, sonrientes, formados, cultos, que dialogan con soltura con el público. Dan la imagen de un servicio público accesible y profesional, donde la jerarquía parece menos opresiva y la relación con los ciudadanos está impregnada de amabilidad y apertura. El uniforme ya no es un muro, sino un puente.

Este giro se atribuye en gran parte a una nueva cultura de comunicación instaurada en el seno de la Dirección General de Seguridad Nacional. Este enfoque se basa en la responsabilización de los agentes, la liberación de su potencial humano y la integración de valores éticos y profesionales sólidos. Refleja una visión estratégica impulsada por el actual Director General, quien ha sabido transformar profundamente la cultura institucional.

Finalmente, la voluntad de apertura hacia la sociedad civil, incluso la crítica, es una señal de madurez institucional. La participación en este evento de intelectuales y figuras con opiniones independientes demuestra que la Seguridad Nacional busca construir una relación de confianza duradera con todos los ciudadanos, sin exclusión. Al igual que la tradición marroquí de invitar a un adversario a una boda para restablecer los lazos, esta política de inclusión refleja una visión enraizada en la cultura y los valores marroquíes. Este profundo cambio, que algunos ya denominan «hammouchismo», bien podría marcar un punto de inflexión histórico en la relación entre el ciudadano y las fuerzas del orden en Marruecos, haciendo del uniforme un símbolo de servicio y no de temor.

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