Ignacio Cembrero, prisionero de su odio hacia Marruecos, olvida el sentido de las cifras y los hechos


En cada evento importante del calendario nacional marroquí, Ignacio Cembrero reaparece como un metrónomo, fiel a su cruzada obsesiva contra Marruecos. A la víspera del 26º aniversario de la Fiesta del Trono, que celebra la entronización de Su Majestad el Rey Mohamed VI en julio de 1999, el periodista español volvió a destacarse con una intervención plagada de imprecisiones y segundas intenciones.


El último error en fecha: Cembrero menciona un «25º aniversario», equivocándose en un cálculo elemental. Un error grosero por parte de un periodista que se presenta como experto en la actualidad del Magreb. Pero más allá de esta inexactitud, lo que realmente sobresale es la mala fe, ya que forma parte de una estrategia bien aceitada de denigración sistemática.


En lugar de reconocer los avances significativos de Marruecos bajo el reinado de Mohamed VI, Ignacio Cembrero prefiere desviar la atención. En su reacción al número especial del medio español Atalayar, dedicado a los logros del Soberano, elige mencionar… a menores que intentaron llegar a Sebta nadando. Una salida provocadora y fuera de contexto cuyo único objetivo es empañar una fiesta nacional al encasillarla en una lectura miseria.


Esta postura niega deliberadamente los esfuerzos desplegados por el Reino para contener los flujos migratorios irregulares, esfuerzos elogiados en repetidas ocasiones por las instituciones europeas, en particular Frontex. Según los últimos datos preliminares de esta agencia europea, las entradas de migrantes irregulares en la Unión Europea disminuyeron un 31 % durante los primeros meses de 2025 en comparación con el mismo período de 2024, una caída significativa a la que Marruecos ha contribuido ampliamente.


Pero Cembrero, fiel a su lógica unívoca, guarda silencio sobre los miles de intentos de intrusión frustrados gracias a la intervención de las fuerzas marroquíes, prefiriendo alimentar un relato de fracaso. El periodismo objetivo requiere un tratamiento equilibrado de la información. Sin embargo, Cembrero selecciona, recorta y orienta, sacrificando los hechos en favor de su agenda personal.


Es necesario recordar una realidad que algunos eligen ignorar deliberadamente: en materia migratoria, Marruecos es un socio estratégico para Europa, en particular para España. El Reino juega un papel central de «gendarme» regional, interceptando a diario decenas de intentos de cruces irregulares, a menudo procedentes de África subsahariana. Una responsabilidad pesada que muchos países europeos luchan por asumir en su propio territorio y que merece reconocimiento y apoyo.


Y si hablamos de responsabilidad, ¿por qué Cembrero nunca critica a las autoridades españolas, que a veces son incapaces de interceptar a los migrantes en sus propias costas? La cooperación migratoria se basa en un principio de corresponsabilidad, un aspecto que Cembrero parece olvidar sistemáticamente cada vez que arremete contra Marruecos.


Más grave aún que el error en la fecha o el silencio sobre los datos migratorios es la total falta de imparcialidad en el enfoque de Cembrero. Omite sistemáticamente los avances de Marruecos en materia de desarrollo económico, reforma social, infraestructuras, diplomacia y estabilidad regional. Esta estrategia de ocultación selectiva refleja una línea editorial alineada con relatos hostiles al Reino, ampliamente difundidos por los medios de la junta militar argelina.


Ignacio Cembrero, al arremeter contra Marruecos en cada ocasión, se encierra en un papel de polemista más que de periodista. Al querer oscurecer la realidad a toda costa, llega a distorsionar los hechos, ignorar las estadísticas y minimizar la magnitud de las transformaciones en curso en el Reino. Criticar es un derecho. Pero criticar sin rigor, sin matices y sin honestidad intelectual es traicionar la ética misma del periodismo.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba